El cantante contó que hasta ahora no había probado analizarse porque su familia le aconsejaba volcarse a Dios.
Karina La Princesita eligió a El Polaco para la salsa de a tres del Súper Bailando, una decisión que habla del buen vínculo que existe entre los ex. Sin embargo, hasta no hace no tanto tiempo, la relación era tormentosa, con reclamos de infidelidad y abandono por parte de la cantante. También se habló de episodios de violencia de género que ella nunca confirmó.
El Polaco quiere dejar atrás esa etapa oscura de su vida y dio un primer paso que tiene que ver con su salud mental. “Hace un mes empecé a hacer terapia. Nunca había hecho. Con este psicólogo pegué onda y llevo un mes: estoy yendo dos veces por semana. Me gustó y me está haciendo bien”, contó, en su paso por Cortá por Lozano.
Hasta ahora, el cumbiero nunca había considerado la opción del diván porque su familia tiene una larga tradición cristiana y siempre le enseñaron que debía tratar sus problemas en la Iglesia. “Nunca nadie fue al psicólogo y hay gente que piensa que con ir a la Iglesia uno se cura al 100%. Es un tema que hablé con mi vieja, porque los médicos también existen gracias a Dios. Más allá de acompañarlo con la fuerza de voluntad y querer meterse dentro de uno, más la ayuda espiritual, que haya un psicólogo está bueno”, explicó.
La conductora quiso saber qué temas había tratado en terapia, pero el cantante no quiso profundizar. “Son cosas muy serias, la vida misma, desde chico hasta ahora, un popurrí de todo”, comentó.
Karina y El Polaco, una relación tormentosa que sanó con los años
Lozano mencionó a La Princesita y comentó que a lo largo de los años, en las diversas notas, había visto muchos cambios en ellos dos. El Polaco coincidió y tuvo un momento de introspección: “La vida hay que vivirla y si uno se mandó macanas, tuvo una infancia jodida o no tuvo un ejemplo de vida, hay que buscar la forma de cambiar y reparar de a poco, más que pedir perdón. Perdón es una palabra. Es todo un día a día y tratar de hacer las cosas de corazón”.
Con respecto a Karina, aseguró que le pidió perdón “muchas veces” y apuntó a su edad como el motivo de los destratos. Ellos empezaron a salir de adolescentes y la artista quedó embarazada de su hija Sol a los 21 años. “A veces el perdón o la disculpa no alcanza. El tema es ponerse en el lugar de la otra persona, sentir un poquito las cag… que me mandé o sentirme un poco ella en ese momento y tratar de reparar. Acá estoy, teniendo mi corazón para lo que sea. Ojo, no es excusa que haya sido chico, pero es lo que siento. Cuando tenía 19 años era un nene y creo que recién empecé a madurar, a darle importancia a las cosas, a los 26 o 27 años “.
El Polaco contó en varias notas la infancia difícil que vivió en Villa Caraza. Su papá era adicto a las drogas y al alcohol y por esa enfermedad perdió la fábrica de aberturas con la que mantenía a su familia. Él era el hermano mayor, así que junto con su mamá, se puso la situación al hombro y vivían del trueque y de lo que conseguían para comer. “A los 13 me interné en un centro de rehabilitación en Córdoba para que mi mamá no se tuviera que ocupar de mí. No tenía adicciones, pero no quería molestar en mi casa”.