El Quilmes Rock 2025 arrancó con todo este sábado 5 de abril en Tecnópolis, con más de 50 mil personas disfrutando de una jornada a pleno sol y música. Cinco escenarios, más de treinta artistas y una grilla diversa marcaron el regreso de uno de los festivales más importantes del país.
Zoe Gotusso , la cantante cordobesa, fue una de las primeras en subir al escenario principal. Con un show íntimo y cálido, se conectó con el público a través de su sensibilidad artística y su cercanía, en un set que combinó sus temas más reconocidos con una presencia escénica que hizo vibrar la tarde.
Más tarde, Estelares se aduese adueñó del escenario Rock. A pesar de haberse sometido recientemente a una operación de cadera, Manuel Moretti demostró su profesionalismo y carisma. Sentado en una banquetea, lideró una presentación cargada de clásicos que fueron coreados por una multitud nostálgica y fiel.
Cerca de las 19, fue el turno de Dillom,, quien se preguntó con una propuesta más orientada al rock, adaptándose al espíritu del festival. Su espectáculo, potente y enérgico, fue uno de los más celebrados por el público joven que lo sigue fielmente.
El gran Andrés Calamaro fue uno de los platos fuertes de la noche. Con una actuación sólida y emotiva, brindó un homenaje especial a Pity Álvarez, interpretando algunos temas clásicos y recordando su influencia en la música argentina.
Uno de los momentos más inesperados y celebrados se vivió con Miranda! , que invitó a Lali Espósito al escenario. Juntos cantaron varios éxitos, desatando la euforia del público y regalando uno de los puntos más altos de la jornada.
En medio de la música y la fiesta, también hubo espacio para el recuerdo y el respeto. En un homenaje a los Veteranos de Malvinas , los excombatientes subieron al escenario principal con banderas argentinas. Allí, Flavio Cianciarulo , bajista de Los Fabulosos Cadillacs, los acompañó para entonar el Himno Nacional, en un momento profundamente emotivo y patriótico, coreado por millas de personas.
La primera jornada del Quilmes Rock 2025 combinó a la perfección música, diversidad artística, emociones fuertes y un espíritu de comunidad que volvió a demostrar por qué este festival sigue siendo un clásico indiscutido de la escena argentina.