El Consejo de Estado de Colombia pidió a varios artistas de reguetón —entre ellos Karol G, J Balvin, Maluma, Blessd, Ryan Castro, Ovy on the Drums, DFZM y Keityn— que se abstengan de crear y difundir canciones que vulneren los derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes. La solicitud se dio tras la polémica generada por la canción “+57”, lanzada en noviembre de 2024, cuya letra ha sido fuertemente criticada por promover la sexualización de menores y por ignorar la grave problemática de explotación sexual infantil en Medellín, ciudad natal de muchos de estos artistas.

Uno de los versos más señalados, mencionados incluso por la revista Rolling Stone en Españolsexual , habla de una “mamacita desde los catorce” (desde los catorce), lo que ha sido interpretado como una apología de la atracción hacia menores de edad. Este tipo de expresiones ha generado preocupación, especialmente teniendo en cuenta que, según datos del Observatorio de Explotación Sexual Comercial de Niñas, Niños y Adolescentes (ESCNNA) de la ONG Valientes, solo en 2023 se reportaron 329 víctimas por este tipo de delitos en Medellín.

La directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, rechazó públicamente la canción a través de sus redes sociales e invitó a los artistas a conocer las historias reales de violencia, explotación y asesinato de niñas en la ciudad. Subrayó que no hay justificación para letras que puedan exponer o poner en riesgo a los menores y anunció que el ICBF implementará un modelo de asistencia técnica dirigido a artistas del género urbano sobre los derechos de la infancia.

Por su parte, la Defensora del Pueblo, Iris Marín Ortiz, también se pronunció sobre el tema, enviando una carta a los artistas involucrados en la canción para invitarlos a reflexionar sobre el impacto de sus letras y su responsabilidad social como figuras influyentes en Colombia y el mundo.

Tras las críticas, se publicó una nueva versión de la canción en la que se cambió la referencia a la edad, sustituyendo “14” por “18”. Sin embargo, el debate sigue abierto y ha puesto sobre la mesa la urgencia de promover mensajes más conscientes y respetuosos en la industria musical, especialmente aquellos que pueden afectar a las audiencias más vulnerables.